
La prostituta Bijou, conocida como "Le Mome Bijou" por los asiduos del burdel del número 77 de la calle Fontaine, solía ponerse todas las joyas que tenía por casa para ir a lucirlas al reservado con su copa de vino. Fue hermosa en su juventud, pero en el París del 37, su rostro lleno de surcos y su mirada desvirtuada la hacían parecer un fantasma con pamela y pieles sintéticas.
Ejercía la profesión desde hacía décadas, en cambio murió virgen. La encontraron en su piso, desnuda. Por lo visto algún cliente bárbaro e insatisfecho le propinó tal paliza a Bijou que la mató. Lo que él no sabía es que ella ya llevaba tiempo muerta. Todas las chicas del Lapin Agile acudieron a su entierro, también las chicas de los salones y cafés cercanos e incluso algunos pintores y escritores de renombre de los que fue compañera de alcoba.


"Il a beaucoup de manières de ne pas être vulgaire, mais certaines d'être élégant".
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